26/11/09

Un lazo para ellas

Es triste que a estas alturas, en pleno siglo XXI, tengamos que tener un dia interncaional contra la violencia de género... Solo quería recordar a todas las mujeres que han sufrido malos tratos y mandarles un abrazo lleno de energia positiva. Y ya que estamos, hacer una aclaración:

BDSM NO es MALTRATO.

23/11/09

1,2,3,...10? 15? 50?

Recuerdo todos los detalles de la sesion como si hubiera pasado hoy mismo. Mi miedo al látigo me superaba, casi como las agujas... me dan pánico, aunque debo reconocer que hay una especie de imán traidor que me llama a probar, me atrae a buscar más sensaciones, por encima de los miedos y las fobias...

Estaba tumbada en la cama, boca arriba, mi Amo se disponía a jugar conmigo y le ayudé con el guante. No me había percatado que se lo puso en la izquierda, hasta que, mientras hurgaba en mi interior y me derretía ante los placeres que me brindaba mi Amo, vi que su mano derecha empuñaba el látigo. En ese momento tuve miedo, mucho miedo. El hecho de que su mano estuviera jugando dentro de mí me impedía tensarme, me hubiese podido hacer daño. Así que no me quedó otra que relajarme, cerrar los ojos y saborear el momento... El cuero acarició mis pechos, suavemente, antes de golpearlos con habilidad casi mágica. Lejos de sentir el dolor que yo creía que iba a sentir, sentí un calor indescriptible, que poco a poco se transformaba en un dolor aletargado con el calor y la suavidad del cuero. Sentí un placer enorme. Me abandoné a los latigazos y al placer que me brindaba mi Amo con la otra mano.

Visto fríamente, a lo científico malo que no tiene ni idea del tema, como en mi caso, llegué a la conclusión que en mí se desbordó una mezcla explosiva de hormonas que hicieron que me pasara lo que me pasó. Me explico: la adrenalina del miedo que sentía, las endorfinas que calman el dolor y los estrógenos de la excitación,... no sé si hay mas hormonas en un momento así, ni lo sé ni me importa, sinceramente. El caso es que tuve un orgasmo tan brutalmente delicioso que estallé en lágrimas, sollozando como una niña pequeña, sin poder parar durante un buen rato. Empezó en mi sexo, subió por mi estómago, me oprimió los pulmones y acabó derramándose por mis ojos como nunca antes me había pasado. Hasta mi Amo se asustó pensando que me había hecho daño, hasta que pude recuperar un poco el aliento y le dije que no había sido así.

Después de la higiene correspondiente y un ratito de relajación para recuperarme, mi Amo me hizo poner cara a la pared, con los brazos en alto y las piernas abiertas. Empuñó el látigo y empezó a azotarme. Iba subiendo de intensidad, de vez en cuando se escapaba algún golpe mucho más fuerte, después seguían unos cuantos más suaves. A veces sentía su mano acariciando las rojeces de mi anatomía, acto seguido volvía a sentir el cuero. Es curioso como mi amor por la fusta fue substituido en pocos minutos por un amor desenfrenado por aquél látigo de tiras finas y suaves que certeramente me azotaba de una forma mucho más envolvente y cálida que dicha fusta. Es tan diferente la sensación... Oyes el ruido, un calor inesperado se clava en la piel, un calor suave que va subiendo de intensidad hasta que se transforma en un susurro de dolor placentero que perdura muchísimo rato en la piel. Es más diría que el calor no tiene tiempo de tornarse dolor hasta que se paran los golpes, porque es tan sutil el cambio calor-dolor, que antes que el dolor llegue vuelves a oír de nuevo el ruido, el calor,.... Sentía como mi sexo se ofrecía, se mojaba por momentos ante el placer del látigo. Entonces mi Amo me hizo contar hasta diez: uno, dos, tres,..., diez. Intensos, con fuerza. No sé cuantos latigazos fueron. Conté aquellos diez, pero en mi piel ya habitaban muchos cuando empecé la cuenta, y muchos más serían los que vendrian después. ¿Cincuenta? ¿Cien? No tengo ni idea.

De mis labios no se escapó ni un quejido, apenas un gemido ahogado en saliva. Estaba tan pendiente del placer que me daba mi Amo que no me percaté que babeaba como una perra. Mis ojos, incapaces de abrirse, se derretían en lágrimas que dibujaban caminos de brillo y sal en mis mejillas, mi cuello y mi pecho. Lágrimas sin amargura, de placeres intensos como los que estaba sintiendo. Fue tan hermoso... Si hubiese podido verme desde otra perspectiva hubiese visto la belleza de una Diosa, con los ojos cerrados, la paz reflejada en el gesto de su cara,... así me sentía yo: bella, preciosa, gigante, inmortal.

17/11/09

Reflexiones

Sigo dándole vueltas al asunto... No me caben en la mente tantas cosas vividas en tan pocas horas. El bullicio de sentimientos y de sensaciones me tienen cautiva en un enredo-lío-éxtasis-no-se-que-mas que ocupa mi cabeza la mayor parte del tiempo. Y cuantas mas vueltas le doy mejor-peor me siento.

Vaya, lo he vuelto a hacer, a vomitar todo lo que se me pasa por la cabeza tal cual. A ver si puedo explicarme para que nadie se haga un lío mayor que el que tengo yo ahora mismo...

Es la sensación que tengo, lo que me paso este finde, lo que mas o menos explico en la entrada anterior, lo que me tiene cautiva en este enredo. Las palabras de mi Amo, sus ojos, sus gestos, mi entrega, mi arrepentimiento, mi no-castigo,...

Ya lo dicen que no hay bofetada mas dolorosa que la que no se da. Y me dolió muchisimo. Si bien es verdad que habíamos hablado antes de lo que podía ocurrir, no significa que al haber ocurrido no me sintiera mal al ver la reacción de mi Amo. Es mas, aun me sigo sintiendo mal... El que sus palabras fueran: no puedo castigarte por algo que ya habíamos hablado antes. Y aquella mirada... me envolvió en cariño de celofan y me puso un lazo de comprensión. Me sentí tan diminuta, tan pequeñita ante Él...

El lunes lo estuvimos comentando, le di mil gracias por ser como es, por aceptarme, porque nuestra relación no haya cambiado después de los hechos. Que me dijera en palabras lo que me había demostrado en gestos el día anterior me llenó tanto que acabé derramándome en lágrimas de felicidad cuando corté la conexión con Él.

Y es que reafirmó lo que ya sabía de antemano: como Amo es el mejor que podía encontrar en mi camino, como persona es increiblemente mejor. Y repito lo que le dije entonces: me siento la perra mas afortunada del mundo por pertenecerle.

"Cuando te vi de rodillas, con el látigo en la boca, pidiéndome un castigo, se me cayó todo al suelo. No podía darte un castigo por algo que ya habíamos hablado. Por eso te puse la correa. Para que supieras que te siento mía. Estoy orgulloso de mi perra, y lo sabes". Estas fueron algunas de sus palabras que habitan en mi mente y se repiten una y mil veces en mis pensamientos.

Poco a poco mis remordimientos se van diluyendo, es verdad. El saber que no hice nada que no fuese consentido de antemano, me evade de mi sentimiento de culpa. Aunque no pueda quitarme del corazón la espina de haber hecho daño a alguien que me importa tanto...

Sigo navegando en sus palabras, en sus caricias, en sus besos, en sus golpes y sus humillaciones, en los placeres sentidos, y en los gratos recuerdos del fin de semana, que se han tatuado en mi mente y en mi alma. Sigo vomitando pensamientos que no se ni si tienen sentido... pero no tocaré ni una coma. Así son las cosas que mi retorcida mente y mi alma sienten. Y por encima de todo, el mayor sentimiento que ahora mismo aflora en mi interior es la gratitud. La gratitud hacia mi Amo por todo, pero sobretodo por aceptar a esta mortal tal y como es: con mis virtudes y mis defectos, mis risas y mis tristezas, mi orgullo, mis remordimientos y comidas de pelota,... Y no me cansaré de repetir mil y una veces GRACIAS.

16/11/09

Historia de un látigo

Aun estoy dolorida, tengo la sensación que ciertas partes de mi anatomía llevan la calefacción al máximo. Será fiebre local? No, no lo es.

Este fin de semana ha sido... no se como puedo definirlo. Doloroso en muchos aspectos, si, así seria la definición. Pero dolor de los dos tipos, del que hace daño y del que da placer.

Hice algo que no le sentó bien a mi Amo. Tal y como lo habíamos hablado con anterioridad, no se lo oculté. Pero, aunque fui sincera y en un principio pensé que no tenía ninguna importancia, pude sentir que a mi Amo le afectó, que , aunque de antemano podía olerse que algún día podía hacer algo similar, el hecho que lo hiciera lo decepcionó. Sentir la tristeza de mi Amo fue peor que si me clavaran un puñal. Me supo mal, no quería hacerle daño... pero lo hice.

El sábado por la noche nos encontraríamos en el hotel de siempre. Hacía mucho que no íbamos al hotel, últimamente cuando nos vemos me instalo en su casa. Pero era un encuentro fugaz, así que quedamos a mitad de camino. Debo reconocerlo, tenía miedo. Miedo de enfrentarlo cara a cara, miedo a que los hechos hicieran que cambiara algo entre nosotros, miedo al castigo.

No se si lo habré comentado alguna vez, pero mi Amo jamás me ha castigado. Me ha dado dolor, y no en pocas cantidades, pero jamás me ha castigado de forma literal. Además me conoce demasiado, y sabe por donde puede hacerme el mayor daño. Y lo reconozco, que cuando pensaba en el castigo sentía pánico, porque sabía que no sería capaz de aguantarlo, seguro.

Yo y mis remordimientos de consciencia nos fuimos a una tienda, estuve mirando un rato, diferentes cosillas me llamaron la atención, pero una en especial me llamó por mi nombre para que la comprara. Era consciente que si mi Amo tenía intención de castigarme era porque así lo creía conveniente, porque lo merecía. Entonces abrí mi cartera y lo compré: un látigo.

El látigo de mi Amo era terrorificamente hermoso, pero debe estar en alguna de las dependencias de la Guardia Civil (o en casa de algún agente), ya que se lo confiscaron en un control... era un arma peligrosa! Así que yo no había tenido aun el placer de probar el cuero en mis carnes. Me daba muchísimo respeto el pensar en ser azotada con un látigo, pero en ese momento no se me ocurría una forma mejor de pagar mis culpas.

Llegué al hotel. Mi Amo me estaba esperando. Me besó y me abrazó con mucha fuerza, me sentí tan bien en sus brazos... Cogí el collar de mi bolso y se lo dí, le dije que me lo pusiera. No sabía si merecía llevarlo, así que lo dejé en sus manos. Me lo puso. Le pedí que esperara cinco minutos en el bar antes de subir a la habitación, y me los concedió. En la habitación me quité toda la ropa, me quedé sólo con el collar puesto, cogí el látigo y me arrodillé en el suelo, a los pies de la cama. Sentada sobre mis pies, las manos en las rodillas, la cabeza baja y el látigo en mi boca, esperaba que mi Amo abriera la puerta, impaciente y aterrada a la vez. Entonces apareció. Se acercó a mi, cogió el látigo de mi boca y me acarició la cabeza. Yo no tenía valor para mirarle a los ojos, así que los cerré, apoyé mi cabeza en sus rodillas y sentí sus dedos enredándose en mi pelo. Entonces fue a por la correa, la enganchó al collar y me hizo levantar. Nos abrazamos muy muy fuerte. Nos besamos largamente. Fue un momento que no olvidaré.

No hubo castigo. Estuvimos hablando un buen rato, mi Amo me dijo que había captado mis intenciones de ser castigada, y que no podía castigarme por una cosa que ya habíamos hablado con anterioridad, por mejor o peor que se lo pudiese tomar. Aun así me seguía sintiendo mal...

Por fin sentí el cuero en mis carnes, en los pechos, en mi sexo, en mi culo, en la espalda,... Ufffffff! si es que cuando lo pienso se me pone la piel de gallina! Fue hermoso, ambos disfrutamos muchísimo del momento. Fueron dos sesiones, una por la noche y otra al día siguiente, después de haber dormido abrazados toda la noche.

Por cierto, a mi Amo le encantó el regalo. Y a mi también.... aun tengo la sensación que ciertas partes de mi anatomía llevan la calefacción al máximo. Será fiebre local? No, no lo es. Es por las caricias del cuero en mi piel, que siguen latentes y me recuerdan lo maravilloso que fue el encuentro.

Gracias mi Amo, por ser como eres, por hacerme sentir tan afortunada por pertenecerte, y por todo lo demás...

14/11/09

Mi libro II

Uffff! menos mal que no toda la historia es igual que mi vida, que si no me hubiera asustado de verdad! Corté mi primera fase de lectura en el momento justo en que mi realidad se desvanecía para entrar en la realidad fictícia de Paula, la protagonista.
Cierto es que me sorprendí a mi misma engulliendo las páginas y viviendo cada momento que narraba el libro, como si lo viviese en mis propias carnes. Luego llegó la sesion,... imaginacion al poder! Lo que quizas me sobró, bueno mas que sobrar no me resulto "excitante" fue la puesta de largo. Está bien la escena, pero demasiado "protocolaria" para mi modo de ver el BDSM.
Aun asi recomiendo el libro. Tanto a los que saben de que va el BDSM como a los que no tienen ni idea. Es una forma de ver que esta forma de vida no es tan oscura y mala como se cree o se quiere hacer creer. Nada es arbitrario, nada pasa porque si. Es bello sentirlo, y creo que comprenderlo aunque sea un poquito es enriquecedor para todo el mundo. Se hacen manifestaciones sobre el orgullo gay y demas formas de sexo "no convencional", en cambio los mismos practicantes del BDSM (por suerte no todos) se esmeran en ser distintos. No comprendo tanta crítica a los vainilla por juzgar nuestro modo de vida, si despues nosotros mismos nos tachamos de diferentes e inaccesibles, y somos los primeros en criticar despectivamente a dichos "vainilla". Todos somos personas!
Anda, me he ido por las ramas! Bueno, pues lo dicho: os recomiendo el libro a todos los que no lo hayais leido. Es excitante y muestra con claridad y sin demasiados tabues, como puede ser el inicio de una relacion D/s. Y tanto para los que ya estamos metidos en el BDSM como para los que solo quieren curiosear, esta muy bien. Yo lo haria leer por fuerza a todos esos amitos de chat que se creen que por insultar a la gente son Amos... si lo leyeran igual verian lo ridiculos que pueden llegar a ser... Nada que me voy por las ramas otra vez... mejor lo dejo aqui.

Un beso a tod@s

11/11/09

Mi libro

Ayer fui a por el libro que había encargado. El lunes me llamaron que ya había llegado, pero no pude ir hasta ayer. El título era muy sugerente, pero debo confesar que no tenía ni la más remota idea de qué trataba el libro, no había leído ni siquiera la sinopsis antes de encargarlo. Pensé que la temática sería algo distinta. Pero no. Se abrieron delante de mí las páginas de una historia que realmente me está sorprendiendo por la similitud que tiene con mi propia historia.

Cuando llegué a casa leí el primer capítulo. La verdad es que engancha. Los nervios, la situación me recordaron la primera vez que fui a encontrarme con mi Amo. Los nervios, las dudas, el no saber si volver atrás o no,… ¡Joder! ¿Quién predijo el futuro de esta mortal que ahora está escribiendo estas líneas? Jamás pensé que una situación como la que he vivido en mis propias carnes, pudiera ser imaginada hace tres años por alguien, y aun menos escrita con tantos detalles y matices que se asemejan con descaro a mi propia realidad. Hasta he pensado que algún brujo está plasmando en estas páginas mi propia biografía a medida que voy cambiando de página. Que las letras se recolocan cada vez que tengo intención de pasar página, para leer mi propia vida. Curioso.

D
ebo confesar que fui a dormir tardísimo devorando capítulos del libro. He leído más de la mitad. Y ahora mismo me muero por retomarlo, pero tengo cosas que hacer y si me pongo a leer no haré nada. Lo primero es lo primero.

Las primeras órdenes, la “doma”, las dudas, los miedos, el hecho que el Amo le diga que es sumisa antes de saberlo ella, la comparación de la sumisa con el barro,… demasiadas coincidencias!

No sé a cuantas sumisas les habrá pasado lo mismo que a mí, cuantas personas se habrán visto reflejadas en las frases que la autora ha escrito. Sospecho que más que imaginar, en parte lo ha vivido. En parte o en todo, quien sabe. Es demasiado profundo el sentimiento de una sumisa como para reflejarlo de esta forma con solo visitar ciertas páginas de la red. Solo es un punto de vista. Pero es que se parece tanto a mi historia…

Seguiré devorando páginas. Seguiré, creo, sorprendiéndome de las grandes similitudes que hay entre esta historia ficticia y mi vida real. Ya os contaré si el final también se parece a mi principio.

Por cierto, el libro es LA SUMISA INSUMISA, de Rosa Peñasco.

6/11/09

Morgana Vatori


Me animaste a poner en palabras mis sentimientos, me animaste a recorrer las páginas de este mundo que para mi era completamente desconocido. Te hice caso y esto que ves es una realidad que tengo que agradecerte. Mi blog es, en parte, culpa tuya. Abriste tu puerta y me invitaste a tomar un té. Me quedé para siempre con tus palabras y tus sueños, con tus fantasias y tus locuras.


Ahora no estas aqui, me queda mirar el poso de las hojitas y querer descifrar el futuro. Es incierto. Pero tengo esperanzas de que un día pueda tener un enlace en mi blog para que todos puedan leer tus entradas. Tienes mi cariño, un pedacito de mi corazón. Me has ayudado mas allá del blog, escuchandome y dandome la mano cuando me he sentido perdida. Yo solo se dar cariño y contar chistes malos, pero al menos sonríes, y estas tan guapa...


Solo quería darte un poquito de mi llama, de calor, para que te reconforte y te de fuerzas para seguir. Sabes que te quiero mucho y te deseo lo mejor. Un abrazo preciosa.

P.S.

Lo se, en la ultima entrada fui muy explicita en cuanto a los detalles, dejé de sujerir para explicar. No se hasta que punto podria decir que rozo la pornografia, pero solo es un texto meramente descriptivo. Espero no ofender a ningun lector con este cambio de rumbo momentaneo, es mas espero que os guste el texto. Un besazo a todos/as.

5/11/09

La bienvenida

Mi Amo cogió los guantes de látex y el lubricante, le pedí que no los usara. Sabe que me enloquece que lo haga, pero necesitaba dolor, y así se lo hice saber. Me ordeno que se lo pidiera, así lo hice, le pedí dolor, por favor... y cogió la fusta. No hizo falta que me atara, puse mis manos detrás de mi cabeza, abrí las piernas y me ofrecí a sus golpes, a sus pellizcos, a las pinzas, a todo lo que Él quisiera hacerme.

Me vuelve loca que maltrate mis pechos, que tire fuerte de mis pezones, que los azote después, primero con golpes suaves, después con un golpe seco que acaba con una ligera caricia. Noto como me empapo ante esta situación, veo sus ojos de sádico y caigo en sus manos sin poder remediarlo. Y pido más, cada vez más dolor. A veces el dolor en los pechos se torna insoportable, al limite, pero mi excitación me pide más, no sabría muy bien como explicarlo, más que dolor es placer, es rozar la línea entre ambas cosas. A mayor dolor, mayor placer, mas cerca del límite me se, pero tengo aun mas ganas de alcanzarlo. La curiosidad mató al gato, pero en el fondo me muero por saber hasta dónde puedo llegar, hasta dónde es capaz mi cuerpo de sentir placer y no dolor como tal.


Siguió con los golpes, en mis pechos, en mi sexo, notaba el calor de mi humedad empapandome. Me pellizcó los labios, le resbalaban los dedos y sonreía, con su cara de "malo", al notar mi estado de excitación. Me puso pinzas en los labios y al cabo de un rato las hizo saltar con la fusta. Me dolió mucho y no pude mas que abrir aun mas mis piernas para que siguiera. Buscó con el dedo el punto mas sensible del clítoris, y empezó a jugar con él. Es una sensación realmente desagradable, pero me encanta que juegue así, es como una tortura, no puedo evitar intentar apartarme, los espasmos son insoportables, pero es una tortura tan dulce... Y cuanto mas lucho para escapar de dicha tortura, mas se recrea en ella. Me es tan difícil controlar el orgasmo... pero Él conoce muy bien mi cuerpo, y cuando estoy al límite para en seco para que no me corra. En ese momento lo mataría, pero también soy consciente que el juego se acabaría. Así que cierro los ojos, respiro hondo, y dejo que siga.

Estubo golpeándome el sexo durante largo rato, de vez en cuando algún dedo se escapaba para hurgar dentro de mi, o algunos, no lo se. Cuanto mas intenso era el dolor, mas me relajaba y me abandonaba a él. La tensión no deja que disfrutes del momento. Al cabo de un buen rato mi Amo me ordenó que me masturbara. Ante mi sorpresa me dijo que tenia todo bastante inflamado y se tenia que dejar descansar, para no lesionarme. Pero mi cuerpo pedía mas dolor... Ante su orden empecé a rozar mi clítoris con el dedo, mientras Él me penetraba con los dedos. Tiró de mis pezones, con el dolor en mis pechos pronto llegué a la cumbre y le entregué todo mi pacer a mi Amo, aunque me supo a poco, debo confesarlo. Cuando mi Amo dejó de golpearme, estaba rozando el orgasmo. Un orgasmo incitado únicamente por el dolor es mucho mas placentero que cualquier otro orgasmo, bien que es una sensación muy diferente, aun así la cumbre es mucho mas duradera, latente e increíblemente mas fuerte que de cualquier otra manera. Para mi Amo, mi seguridad es mas importante que todo el placer que pueda sentir, tanto Él como yo. Y aunque alguna vez pueda quedarme "a medias" debo darle las gracias, primero por dejar que sienta placeres tan intensos en sus manos, y segundo, por velar por mi siempre, e imponer mi seguridad a su propia satisfacción. Y es que Él es sádico, si, pero yo soy así de masoquista, tal para cual!

Después de la sesión me tapó con el edredón, para que no cogiera frió, y estuvimos hablando de las sensaciones vividas durante aquel rato. Fue una buena sesión, nos lo pasamos muy bien ambos, una buena manera de darme la bienvenida a su casa. Así fue la primera de las sesiones del fin de semana, habría mas después...

4/11/09

De mis amigos de la sala

Hace unos meses que conocemos una serie de personas, anónimas en su mayoría, que son afines al BDSM. Solemos hablar de muchas cosas, aunque pocas veces hablemos del tema en cuestión. Hay muchas risas, alguna que otra "fantasmada", mas risas y mucho respeto y buen ambiente. Nos reunimos a diario en una sala de IRC (si me dan permiso los OP pondré el enlace a su web para quien quiera visitar la sala o escuchar su radio). Mientras estamos en la sala puedes leer las conversaciones de Amos y Amas con sus sumisos y sumisas,entre ellos, entre Doms y sumisos sin dueño, en fin, de todas las convinaciones que hay y por haber.

Esto nos invitó, a mi Amo y a mi, a hacer una reflexión de cómo se podría "catalogar" nuestra relación D/s. En su día ya hablé de mi opinión sobre el protocolo, de hecho el pensar así me ha traído mas de un dolor de cabeza, pero no es el tema del que escribo. En cuanto a dicho protocolo, nuestra relación es muy poco protocolaria, es verdad, pero en ningún caso nadie ha faltado el respeto a nadie por no "cumplir" una serie de normas que alguien estableció como bases para una serie de prácticas sexuales que puedan influir en un modo de vida y de ver la sexualidad. La gente de la sala que ha leído mi blog y me ha comentado sobre mis palabras, me hablan de la autenticidad de mis pensamientos y sentimientos sumisos, algunos han llegado a decir que soy una gran sumisa, otros incluso han envidiado el hecho que pueda sentir lo que siento (me halaga mucho que puedan decir ciertas cosas, aunque sigo sintiéndome una aprendiz que acaba de empezar con esto), y por el contrario, nosotros no nos regimos por ninguna norma preestablecida.

Mi condición de sumisa no me transporta a un estado de inferioridad frente a mi Amo, ni frente ningún otro Amo. Por encima de todo somos personas. Y en eso nos basamos. Cuando estoy con mi Amo, no interpreto ningún papel, simplemente mi persona es como es y así Él me acepta, igual que yo acepto a mi Amo en su totalidad. Es bello poder hablar de todo, que los dos opinemos y hagamos opinar, que la comunicación y la transparencia rija nuestro modo de ver el BDSM, que el disfrute mutuo sea el pilar de nuestra vida en común. Simplemente Su placer es el de saber que puede hacer conmigo lo que le plazca, y mi placer es saber que le pertenezco y lo mucho que disfruto siendo usada por Él.

En el canal hay muchas parejas que se basan estrictamente en el protocolo, a mi modo de verlo es demasiado frió, en la sala somos todos amigos y las formas sobran, lo que cuenta es el fondo. Y por suerte la gran mayoría de la gente accede a la sala, como quien va al bar de la esquina a tomar una cerveza con los amigos, da igual su condición, su edad, su procedencia o sus maneras, lo que cuenta es que nos une una afinidad y una muy buena amistad.

Desde aquí les mando un gran saludo a todos y un besazo. MUAKA!